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En los últimos años, el uso de dispositivos de vapeo ha crecido exponencialmente, especialmente entre jóvenes y adolescentes, quienes encuentran en estos productos una alternativa supuestamente “más segura” al cigarro convencional. Sin embargo, estudios recientes y expertos en salud pública advierten que el vapeo podría ser aún más perjudicial que el tabaco tradicional, con efectos negativos en el sistema respiratorio y cardiovascular. Esta problemática ha generado preocupación en la comunidad médica, y autoridades de salud en todo el mundo piden medidas urgentes para regular su uso.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha enfatizado que los compuestos químicos en los líquidos de vapeo pueden ser altamente dañinos, incluso en concentraciones menores a las que se encuentran en el cigarro convencional. Al inhalar estas sustancias, los usuarios exponen sus pulmones a compuestos que afectan el revestimiento celular, generando daños pulmonares que pueden derivar en problemas crónicos e irreversibles. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), muchas de las sustancias utilizadas en los líquidos de vapeo, como el propilenglicol y la glicerina vegetal, son seguros para consumir en alimentos, pero su inhalación puede resultar tóxica para los pulmones.
Un problema en aumento entre los jóvenes
El impacto de esta industria es evidente entre los más jóvenes. Según cifras de la OMS, en México, el 5.5% de los jóvenes entre 13 y 15 años ya han probado el vapeo, y la cifra va en aumento. A nivel mundial, la situación es aún más alarmante. Un informe de la OMS en 2023 estima que más de 82 millones de personas usan productos de vapeo, con una alta concentración en adolescentes y adultos jóvenes.
La atracción hacia el vapeo no solo está impulsada por la creencia de que es menos perjudicial, sino también por las campañas de marketing dirigidas a los jóvenes, con sabores atractivos como frutas y dulces, así como dispositivos que parecen gadgets tecnológicos de moda. Esta tendencia ha suscitado llamados a una regulación más estricta para evitar que una generación se vuelva dependiente de la nicotina y otros químicos tóxicos.
¿Más riesgos para la salud pública?
El aumento en el consumo de productos de vapeo y la falta de conciencia sobre sus riesgos podrían tener consecuencias graves en los sistemas de salud pública en el futuro. Los especialistas coinciden en que, si bien el cigarro convencional es una amenaza bien documentada, el vapeo representa un reto más complejo y subestimado. Las autoridades y la sociedad deben considerar medidas de prevención y regulación para proteger a los más vulnerables: los jóvenes y adolescentes.
A medida que más investigaciones revelan los efectos nocivos del vapeo, el debate sobre su regulación y su impacto en la salud pública crece. Organismos internacionales como la OMS han subrayado la urgencia de tomar acción y difundir los riesgos del vapeo para evitar que más jóvenes se conviertan en víctimas de una nueva epidemia de adicción y problemas de salud respiratoria.