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Por Carlos Gabriel Peters
La reforma laboral que busca reducir la jornada laboral semanal en México de 48 a 40 horas ha generado un intenso debate entre trabajadores, empresarios y legisladores. Esta iniciativa, que tiene el objetivo de mejorar la calidad de vida de los trabajadores al proporcionarles más tiempo libre sin afectar su salario, ha recibido un amplio respaldo social, pero sigue sin convertirse en ley. ¿Por qué? La respuesta apunta directamente a la falta de voluntad política por parte de Morena, el partido con mayoría en el Congreso.
¿Qué plantea la reforma de las 40 horas?
La reforma consiste en modificar el artículo 123 de la Constitución para reducir la jornada laboral máxima semanal de 48 a 40 horas y establecer dos días de descanso obligatorio. Con esta medida, México se alinearía con estándares internacionales que ya aplican países como Colombia, Chile y Perú, mejorando las condiciones laborales y la productividad.
Morena: poder sin acción
A pesar de contar con la mayoría en el Congreso, Morena ha pospuesto repetidamente la aprobación de esta reforma. Resulta paradójico si consideramos que el mismo partido ha modificado la Constitución en tiempo récord para temas controvertidos como la militarización de la seguridad pública o la reforma eléctrica. Estos cambios fueron aprobados en fastrack, mostrando que cuando hay voluntad política, el proceso legislativo puede avanzar con rapidez.
¿Por qué no ocurre lo mismo con la reforma de las 40 horas? La respuesta puede estar en las presiones de ciertos sectores empresariales que temen un aumento en costos laborales. Sin embargo, Morena ha demostrado anteriormente que puede resistir a intereses particulares cuando prioriza su agenda.
¿Una promesa vacía?
Morena ha defendido la narrativa de que gobierna para “el pueblo”, pero la dilación en aprobar esta reforma contradice ese discurso. Millones de trabajadores mexicanos continúan laborando jornadas largas, enfrentando agotamiento físico y emocional, mientras la mayoría parlamentaria deja en pausa una propuesta que podría transformar sus vidas.
La reforma de las 40 horas es una asignatura pendiente que pone en evidencia las prioridades del actual gobierno. Si Morena realmente representara los intereses de los trabajadores, ya habría aprobado esta iniciativa, como lo ha hecho con otras reformas de alto impacto. Mientras tanto, los trabajadores mexicanos siguen esperando que se traduzcan en hechos las promesas de bienestar y justicia social.
