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Por Hugo Maguey
El distanciamiento entre el presidente Andrés Manuel López Obrador y Omar García Harfuch no es casualidad. Existen diversas razones, tanto políticas como históricas, que explican porqué el mandatario ha mostrado reservas hacia el exsecretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y ahora Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.
1. Su pasado en el sexenio de Enrique Peña Nieto
García Harfuch desempeñó un papel importante dentro de la Policía Federal durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, un periodo que López Obrador ha criticado constantemente por su corrupción y violaciones a los derechos humanos. Para el presidente, vincularse con figuras del pasado priista no encaja con la narrativa de la Cuarta Transformación.
2. Implicaciones en el caso Ayotzinapa
Aunque no ha sido acusado formalmente, el nombre de García Harfuch ha sido mencionado en el contexto de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, ya que en ese entonces se desempeñaba como funcionario en Guerrero. AMLO ha hecho de la verdad y justicia en este caso un tema emblemático de su gobierno, por lo que mantener cerca a un personaje vinculado de alguna forma a ese episodio resultaría contraproducente.
3. Representa un modelo de seguridad cuestionado
A diferencia del enfoque de la Guardia Nacional impulsado por el presidente, García Harfuch representa un modelo de seguridad tradicional basado en la policía civil y operativos con un perfil más duro. Esto lo coloca en una posición distante frente a la estrategia de seguridad de la 4T, que busca militarizar ciertas funciones bajo la premisa de disciplina y lealtad.
4. Su cercanía con Claudia Sheinbaum
Durante su gestión en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum respaldó a García Harfuch como jefe de seguridad, lo que lo convirtió en un aliado clave dentro de su equipo. Sin embargo, en la contienda interna de Morena por la candidatura a la jefatura de gobierno, AMLO impulsó a Clara Brugada sobre Harfuch. Este movimiento puede interpretarse como una forma de limitar la influencia de Sheinbaum en la toma de decisiones y reafirmar el control del presidente sobre la estructura del partido.
5. Su ascendencia priista
Más allá de su trayectoria personal, el apellido de García Harfuch lo vincula con el viejo PRI. Su padre, Jesús García Paniagua, fue un alto funcionario del PRI en los años 70 y 80, cercano a grupos de poder de esa época. Además, su abuelo, Marcelino García Barragán, fue secretario de la Defensa Nacional durante la masacre de Tlatelolco en 1968. Para un presidente que ha construido su narrativa sobre la ruptura con el pasado, estas conexiones pueden resultar incómodas.
6. Su proyección mediática y popularidad
García Harfuch ha acumulado reconocimiento público, en parte por su desempeño en seguridad y también por el atentado que sufrió en 2020. Su imagen de “héroe” en la lucha contra el crimen lo ha posicionado como una figura de peso, lo que podría representar un riesgo para el control político del presidente sobre su sucesión.
Conclusión
López Obrador ve en García Harfuch una combinación de elementos que no encajan con su proyecto de transformación: un funcionario con pasado priista, vinculado a episodios controversiales, con un modelo de seguridad distinto al de la 4T y con una creciente popularidad que podría desafiar su hegemonía política. En ese contexto, su exclusión de la contienda interna de Morena y la distancia del presidente hacia él tienen una lógica clara dentro del ajedrez político de la 4T.
