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Por Hugo Maguey
Lavarse las manos con agua y jabón salva millones de vidas al año. Con cada lavado adecuado interrumpimos rutas de transmisión de virus, bacterias y parásitos que, de otro modo, podrían llegar a nuestra boca, nariz, ojos o alimentos. Entre los microorganismos que evitamos introducir están los responsables de enfermedades prevenibles que pueden ser mortales, como la disentería, la transmisión de bacterias como la Escherichia coli enteropatógena, Salmonella, rotavirus y norovirus, la hepatitis A, el Streptococcus neumónico y virus respiratorios como el adenovirus, la influenza, los coronavirus, entre otros.
“En las manos hay virus, bacterias, parásitos y hongos que se multiplican y sueltan partículas; son lo que más usamos para tener contacto con el entorno. Por eso es tan fácil llevarlos a la boca, la nariz o los ojos y enfermarnos”, explica Adolfo Cruz Reséndiz, investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM.
Estos agentes pueden provocar diarreas agudas severas, infecciones respiratorias invasivas, neumonía, hepatitis aguda y otras enfermedades que en personas vulnerables (niños, ancianos, inmunodeprimidos) pueden terminar en hospitalización o muerte.
La higiene de manos es una barrera primaria, de bajo costo y de gran eficacia para prevenir múltiples enfermedades al mismo tiempo.
“El lavado de manos elimina la mayor carga posible de microorganismos patógenos. Siempre tendremos microbiota benéfica, pero reducir los patógenos con agua y jabón rompe la cadena de transmisión”, señala el investigador.
Origen del Día Internacional del Lavado de Manos y contexto global
El 15 de octubre se celebra el Día Internacional del Lavado de Manos (también conocido como Global Handwashing Day). Esta iniciativa fue establecida en 2008 con el objetivo de motivar y movilizar a las poblaciones en todo el mundo para mejorar sus hábitos de lavado de manos con jabón y reforzar que este hábito crítico salva vidas.
La razón de fondo es que la falta de higiene de manos ya se convirtió en un grave problema de salud pública, ocasionando enfermedades prevenibles que impactan especialmente en niños. En ese marco, organizaciones como la OMS, UNICEF, OPS y otros organismos de salud han promovido campañas para que el lavado de manos sea un pilar de las estrategias de salud pública.
La incidencia de padecimientos diarreicos podría bajar hasta un 40 % simplemente con lavarse las manos con agua y jabón después de ir al baño y antes de comer, según un documento de la UNICEF firmado desde 2015 por Sanjay Wijesekera, jefe de los programas de higiene, agua y sanidad de esa organización.
Según UNICEF, el “agua, saneamiento e higiene inseguros” causan cada año 394.000 muertes por diarrea y 356.000 muertes por infecciones respiratorias agudas atribuibles exclusivamente a higiene deficiente (incluido el lavado de manos inseguro). UNICEF DATA
La Organización Mundial de la Salud estima que en 2019 unas 1.4 millones de muertes (por diarrea, infecciones respiratorias, desnutrición y helmintos) podrían haberse prevenido con acceso a servicios seguros de WASH (agua, saneamiento e higiene). World Health Organization
Además, en cifras de carga de enfermedad, se calculan millones de años de vida saludable perdidos por falta de higiene. JOGH
En países de ingreso bajo y medio, se estima que promover el lavado de manos podría evitar 30 % de las enfermedades diarreicas y 20 % de las infecciones respiratorias.
Para el doctor Cruz Reséndiz, el lavado de manos es una técnica profiláctica de gran valor: “Las vacunas y el lavado de manos son medidas profilácticas complementarias: una evita el contacto con los microorganismos y la otra prepara al cuerpo para defenderse si entran. No se sustituyen, se potencian”, aclara.
El efecto de la pandemia: caída de infecciones gastrointestinales y respiratorias
Durante la pandemia de COVID-19, las medidas de higiene (incluido el lavado frecuente de manos), el distanciamiento social y el uso de mascarillas tuvieron efectos colaterales notables en la reducción de muchas otras enfermedades transmisibles, lo que pone en evidencia la efectividad de cambios de conducta colectiva.
Un estudio comparativo de siete infecciones gastrointestinales en Japón reportó que la incidencia durante los años 2020–2022 fue significativamente menor que en el periodo 2012–2019. PubMed Central
Otra revisión (“Trends in Gastrointestinal Infections during the COVID-19”) señala que múltiples enfermedades gastrointestinales mostraron descensos pronunciados durante los años de restricciones. PubMed Central
También en Corea del Sur, se documentaron disminuciones en la incidencia de infecciones gastrointestinales con la pandemia. JKMS
En Inglaterra, análisis de vigilancia nacional mostraron que en los seis primeros meses del periodo pandémico, en comparación con el promedio de 2015–2019, los brotes gastrointestinales cayeron un 52 % y los casos confirmados llegaron a disminuir 34 %. Cambridge University Press & Assessment
En general, las señales son consistentes: las enfermedades transmitidas por rutas fecal-orales y por contacto se redujeron cuando se intensificaron las medidas de higiene colectiva.
Respecto a las enfermedades respiratorias, los metaanálisis indican que el lavado de manos puede reducir el riesgo en un rango de 6 % a 44 %, con un valor combinado alrededor de 24 %. PubMed Central
Un estudio estimó que cada evento de higiene de manos reduce el riesgo diario de infección respiratoria en aproximadamente 3 %. Bajo ese modelo, con 10 eventos diarios podría haber una reducción del 28 % del riesgo. PubMed Central
En el entorno hospitalario, los programas de higiene de manos pueden prevenir hasta el 50 % de las infecciones evitables adquiridas durante la atención médica (infecciones intrahospitalarias). World Health Organization
Estas cifras revelan que el lavado de manos es una de las herramientas más efectivas y económicas para reducir la carga de enfermedades transmibles.
Terminó la pandemia y olvidamos lavarnos las manos
Con el levantamiento de las medidas estrictas de confinamiento y distanciamiento, muchos países experimentaron un repunte de enfermedades gastrointestinales y respiratorias.
“Durante la pandemia todos éramos meticulosos: nos lavábamos las manos, desinfectábamos la ropa y los objetos. Eso redujo mucho las infecciones gastrointestinales y respiratorias. Pero al relajarnos, vuelven a aumentar”, advierte Cruz Reséndiz.
Por ejemplo, en Estados Unidos se reportó que, tras relajarse las restricciones, los casos de infecciones estomacales (GI) volvieron a niveles similares o incluso superiores a los prepandemia. Health
Un artículo reciente sobre el “Global Impact of COVID-19 Pandemic on Gastrointestinal Infections” señala que los países que relajaron medidas mostraron esas tendencias de rebote. Lieberthub
También, en un reporte general, se documentó que al levantarse las restricciones, las infecciones respiratorias no por SARS-CoV-2 aumentaron significativamente en varios grupos poblacionales (por ejemplo, niños de 0 a 3 años) comparadas con las medidas más estrictas.U.S. Pharmacist
Estos rebotes sugieren que muchas de las caídas observadas no fueron sólo por menos contacto o por cierres, sino también atribuibles al mejor comportamiento higiénico colectivo. Al dejarlas, los virus y las bacterias encuentran de nuevo terreno fértil.
Guía práctica: cómo lavarse las manos correctamente
Para que el lavado de manos funcione realmente como barrera, debe cumplir ciertas condiciones. Lavarse sólo con agua es insuficiente —el jabón es necesario para desprender los patógenos—. El especialista de la UNAM comenta que “la OMS recomienda frotarnos primero los dorsos de las manos hasta la muñeca, después las palmas de la mano y también frotarnos entre los dedos y las uñas, todo completamente, porque muchas veces en las uñas es en donde llevamos más las bacterias o parásitos. Incluso las personas, cuando se limpian al momento de ir al baño, ahí pueden llevarse arrastrando en las uñas materia fecal y se ha visto que morderse las uñas también es un factor para adquirir algunas infecciones. En el caso del secado se recomienda que sea con toallitas desechables porque muchas veces en las toallas de las casas que las usa cualquier persona, si no nos lavamos bien las manos y nos limpiamos, allí dejamos bacterias y virus, llega otra persona a lavarse bien las manos, pero se seca con la toalla previamente contaminada y se lleva más patógenos de los que traía. También hay secadores de aire, pero se ha visto que a muchos no les hacen mantenimiento y no alcanzan a filtrar las partículas”.
Algunos puntos clave:
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El jabón no antibacteriano es tan efectivo como los jabones “antibacteriales” comunes para uso cotidiano. CDC
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El gel antibacterial con al menos 60 % de alcohol puede usarse cuando no hay agua y jabón, pero no debe sustituir del todo al lavado con jabón, especialmente cuando las manos están visiblemente sucias. CDC+2UNICEF+2
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Es inútil lavarse sólo con agua: sin jabón, muchas bacterias y virus no se desprenderán.
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Hay “momentos críticos” para lavarse las manos: después de ir al baño, antes de comer o preparar alimentos, después de toser/estornudar, después de tocar objetos o superficies potencialmente contaminados, al regresar a casa, entre actos de cuidado a personas (niños, enfermos).
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En entornos clínicos, la OMS promueve la estrategia “My Five Moments for Hand Hygiene” (antes del contacto con el paciente, antes de una tarea aséptica, después de un riesgo de exposición a fluidos corporales, después del contacto con el paciente y después del contacto con superficies del entorno). World Health Organization
Cada paso tiene su razón biológica y epidemiológica.
Cómo elaboramos esta nota
Para esta publicación consultamos fuentes oficiales y organismos internacionales especializados en salud pública, entre ellos la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS). También revisamos estudios científicos recientes y reportes de vigilancia epidemiológica que documentan la disminución y el posterior repunte de enfermedades gastrointestinales y respiratorias antes, durante y después de la pandemia de COVID-19. No se trata de una verificación de datos, sino de una nota explicativa basada en evidencia científica y estadística publicada por fuentes oficiales, además de entrevistar al experto en la materia, el doctor Adolfo Cruz Reséndiz, investigador del Departamento de Microbiología y Parasitología de la UNAM.







